Miguel ángel arce
Pequeña biografía al estilo vasari
Por: Julián Lambraño González
Creo que he dicho bastante, pienso yo, con solo mencionar su nombre y aun así nombrarlo por sí solo me dispersa a extenderme más. Que la trompeta del juicio final suene cuando quiera; yo iré confiado a presentarme ante el juez supremo. Diré resueltamente: me conozco agradecido, altísimo, porque he conocido la verdadera belleza, la astucia plena y la virtud celestial de tan perfecto hombre, siendo hombre demasiada ofensa para él, como pintor talentoso, dibujante exitoso y creador óptimo.
El individuo magnífico de quien hoy hablo parece haber sido testigo de la sonrisa del creador, porque la retrata en sus obras como recuerdo nítido de la inocencia más pura.
Fiel protector de la naturaleza, preserva en sus obras las formas más amigables de especies animales, que, sometiéndose por voluntad propia le alaban por su mano artística tan especial.
Su cabellera negra y sus profundos ojos negros recalcan su figura póstuma y hermosísima que, con valor, desafía la imperfección, la vence y la convierte en alegría. Como en su obra Mujer, en la que detalla con crudeza las emociones más íntimas de la figura humana, y permite que los demás, damas y señores, no precisamente merecedores de tanta pulcritud, admiremos, no sólo su inteligencia, sino su propiedad.
Su sagacidad le permitió también crear los materiales que usa para sus obras. En fin, toda una gloria ofrecida por el Divino como voto de paz y perdón para con los hombres.

Mujer. Cortesía, Miguel Ángel Arce
Durante varias cruzadas, en busca de la verdad blanca que contiene los secretos mejor guardados de la virtud artística que envuelve a Miguel Ángel, intenté obtener de él mismo las palabras de la sabiduría; sin embargo, y con la gran penuria que turba a mi espíritu, petrificándolo aquí, confieso, fracasé en mi visión y objetivo.
Corre la voz de que algunas personas le han visto divagar por las montañas y las cuevas. Al parecer este ser de luz, este Ángel Miguel, se encuentra realizando una investigación santa y minuciosa sobre pigmentos minerales. ¿Quién más sino él se propone pulir su insuperable perfección?
Este es Miguel Ángel Arce: el santo, el fauno, el incorruptible. El artista.