Las prácticas artísticas como lugares del cuerpo
Por: Julián Lambraño González
Un hombre que se crucifica sobre el techo de un automóvil, una mujer que se amarra a una mesa con la mitad de su cuerpo desnudo y manchado de sangre, muñecos untados de mayonesa y una serie de esculturas (todas de la misma persona) que se provocan placer sexual unas a otras. Todas remarcables obras. Obras de arte. En El arte último en el siglo XX, Ana María Guasch nos explica por qué. (He aquí un repaso).
Durante los inicios de la década de los noventa la denuncia social y política contenida en los proyectos artísticos se hizo más patente y aguda. Los movimientos creativos fueron dejando un poco atrás la idea de “cuerpo como soporte” y adentrándose en el cuerpo como imagen para abordar una pluralidad de experiencias de temáticas muy diversas como la manipulación genética, la enfermedad, la muerte, lo artificial, lo pos-humano, etc.
El cuerpo es ahora un nuevo material y soporte con el que exteriorizar y representar experiencias, sentimientos, preocupaciones y reivindicaciones: “un cuerpo con mucho de antropomórfico, de autobiográfico, de orgánico o de natural, pero también de artificial, de posorgánico, semiótico, construido, poshumano y abyecto” (Guasch, 2000).
En lugar de pintar sobre un lienzo o esculpir algún tipo de piedra, los ‘artistas del cuerpo’ sustituyen esos recursos comunes por su cuerpo o el de otros. Este tipo de manifestaciones artísticas toma fuerza en los años ochenta y noventa. Una gran cantidad de artistas encontraron en el cuerpo infinitas posibilidades de expresión, utilizándolo para fines diversos y temáticas variadas. Por medio del cine, la música, la fotografía y el performance vemos cómo, sin duda, el cuerpo y su movimiento son sinónimos de expresión: el medio de comunicación primitivo y universal por excelencia.
ALGUNOS ARTISTAS DEL CUERPO:
CINDY SHERMAN:
Cindy Sherman es una artista americana que ha dedicado su obra a evidenciar una gran variedad de temáticas del mundo moderno: la posguerra, la representación y el papel de la mujer en la sociedad, los medios de comunicación, la naturaleza de la creación del arte, todo esto usando fotografías de sí misma como autorretratos conceptuales.
Junto a dos de sus compañeros en la universidad crea un espacio para artistas independientes y posteriormente comienza su carrera personal desde un proyecto llamado Complete Untitled Film Stills (1977-1980) en el que escenifica diversas situaciones inspiradas en la estética del cine negro. Siendo siempre ella la protagonista de las fotografías, juega con diferentes personajes históricos, roles, vestuarios y apariencias.
PAUL McCARTHY:
McCarthy nació en Salt Lake City, Utah, en 1945. Estudió arte en la Universidad Estatal de Weber en Ogden, Utah, y más tarde continuó estudiando en la Universidad de Utah hasta 1969. Luego estudió en el Instituto de Arte de San Francisco recibiendo un BFA en pintura. En 1972 estudió cine, video y arte en la Universidad del Sur de California recibiendo un MFA. De 1982 a 2002 enseñó historia de performance, video, instalación e performance en la Universidad de California, Los Ángeles. McCarthy actualmente trabaja principalmente en video y escultura.
Originalmente entrenado formalmente como pintor, el interés principal de McCarthy radica en las actividades cotidianas y el desorden creado por ellos. Gran parte de su trabajo a fines de la década de 1960, como Mountain Bowling (1969) y Hold an Apple in Your Armpit (1970), es similar al trabajo del fundador de Happenings, Allan Kaprow, con quien McCarthy tuvo una relación profesional.
CONCLUSIONES:
Desde hace más de treinta años, hemos asistido al culto del cuerpo: el ejercicio físico y la proliferación de los gimnasios, la manipulación genética, las tecnologías reproductivas, la industria cosmética y las cirugías reconstructivas, el cuerpo como objeto de deseo, el miedo a la enfermedad y el triunfo del placer, el temor a la muerte, etcétera. Se suma a este escenario la relación entre el arte y el cuerpo: los seres humanos son también materia prima dispuesta a transformarse en obra de arte.
La transformación del cuerpo es una metáfora de los anhelos de transformación social. En este sentido, el body art se ha vuelto un arte de protesta en donde se combinan el cuerpo como soporte técnico, con el recurso a las tecnologías que de alguna manera han contribuido a la deshumanización.
Referencias
Guasch, A. M. (2000). El arte último del siglo XX. Del postminimalismo a lo multicultural. Madrid: Alianza.